Gran conflicto entre Uber y taxis

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Uber es un servicio de conductores que tiene como objetivo la simplificación de alquilar un coche con conductor. Funciona de manera similar al taxi convencional pero con un conductor particular para el cliente. Así, el proyecto permite que cualquier conductor con cualquier coche, aprobado por la compañía y cumpliendo ciertos requisitos, ofrezca su vehículo particular para transportar gente, convirtiéndose en un conductor.

La plataforma funciona mediante un aplicación móvil, cuyo GPS ubica al cliente y muestra las opciones de vehículos de Uber más cercanos. El conductor posee la localización del pasajero, puede monitorizar el recorrido y cobrar el importe del trayecto en la tarjeta de crédito que el mismo usuario ha asociado a la aplicación.

En 2014 Uber comenzó a trabajar en Madrid, lo que desencadenó un conflicto entre la aplicación y los taxistas habituales, que lo consideran un tipo de competencia desleal. El sector del Taxi critica que un profesional deba pagar 155.000 euros y un seguro a todo riesgo, criticando que Uber opere sin pasar unos controles de calidad mínimos.

Se llevaron a cabo varias manifestaciones por parte de los taxistas, hasta el punto de darse casos de vehículos de Uber quemados tras una manifestación de más de 300 taxistas, en lo que llamaron el funeral del sector del taxi. En este mismo año, el juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid instó a las operadoras de telecomunicaciones al cierre de la web de Uber, mientras los responsables de Uber calificaron este hecho como una medida desproporcionada y dijeron que seguirían ofreciendo sus servicios. Sin embargo, se procedió al cierre definitivo el 31 de diciembre de 2014.

A principios del año 2015, la aplicación pretendía captar permisos de turismos con conductores para reanudar su actividad dentro de la legalidad. Para lograrlo, buscó acuerdos para operar en toda Europa y prometió miles de empleos.